La emasculación   Leave a comment

 

Cibeles, la gran diosa madre de Frigia, Madre de todos los dioses, cuanta la leyenda que ella fue la que provocó la locura (y léase que no una locura, sino la locura)  de Atis, su amante e hijo. Cuando él quiso casarse, ella se lo impidió, y Atis se castró a sí mismo antes de suicidarse. Conmemorando el acto de Atis, los adeptos al culto de esta diosa madre tomaron la costumbre de mutilarse en la embriaguez y el éxtasis de las fiestas culturales. Practicada más tarde en la Roma imperial, la castración, o auto emasculación, consistía en una ablación de los testículos y el pene.  Orígenes, famoso por su Hexapla, recensión que disponía en seis columnas varias versiones de las Escrituras Hebreas, nació en torno al año 185 E.C. A los 18 años, ya era célebre por sus homilías. Sin embargo, inquieto por que su popularidad entre las féminas diera lugar a equívocos, tomó muy al pie de la letra la frase de Jesús: “Hay eunucos que a sí mismos se han hecho eunucos por causa del reino de los cielos”, y se mutiló. (Mateo 19:12.) Fue una acción inmadura e impulsiva que posteriormente deploró.
Con el progreso del cristianismo se superaron estos rituales y, en el año 395, el papa León I prohibió todas las prácticas de emasculación voluntaria.Pero en 1588, el papa Sixto V prohibió a la mujer cantar en los escenarios del teatro y la ópera, veto reiterado por el papa Inocencio XI una centuria después. “La censura de las actrices y la equiparación de su nombre con la prostitución y el libertinaje hunden sus raíces en la tradición antigua, remontándose a San Agustín y aun antes”, señala el estudioso Angus Heriot. Ahora bien, al adoptar una postura tan tajante, la Iglesia abrió la puerta a un problema mucho más grave: la existencia de castrati. El siglo XVIII entonces, nos hizo una excepción con los castrados por razones musicales, nacían “los castratis”, que por su registro de voz fueron un recurso necesario a lo largo de la Ilustración, deseosa de las voces agudas de estos hombres jóvenes las cuales puestas al servicio de la liturgia, a pesar de la condena del papa Clemente XIV. Puesto que los castrati no tardaron en hacerse famosos. Pues a otro  papa llamado casualmente Clemente VIII (1592–1605) le seducían la ductilidad y dulzura de sus voces. Aunque los cánones prescribían que los convictos de contribuir a las castraciones fueran excomulgados, hubo una afluencia continua de castrati al prevalecer las necesidades musicales de la Iglesia. Cuentan que ciertas tiendas tenían este letrero: “Qui si castrono ragazzi” (Se castran muchachos). Una barbería romana proclamaba con orgullo: “Se castran muchachos para los coros de la capilla pontificia”. Según cálculos, en el siglo XVIII se emasculó a 4.000 muchachos italianos con este propósito. Se ignora cuántos murieron a resultas de la operación. La historia fue larga tuvo idas y venidas, pero con el advenimiento de la era moderna se demostró una ley. El último castrado Alessandro Moreschi - The last castrati profesional, Alessandro Moreschi, falleció en 1922. Aún se conservan sus grabaciones, realizadas en 1902 y 1903. Las etiquetas de los discos lo presentan como “Soprano della Cappella Sistina”. Según Desmond Shawe-Taylor, crítico musical, “la voz, indudablemente de soprano, no parece ni la de un niño ni la de una mujer”. Así terminó la caprichosa mutilación infantil en nombre del arte, una “práctica abominable”, según The Encyclopædia Britannica, que toleró por siglos la Iglesia Católica. Pero en esa misma época este ritual fue practicado en Rusia por la curiosa secta mística de los Skoptzy (del ruso skopets: castrado). En la India, esta práctica continúa teniendo adeptos en el siglo XX, en la comunidad de los Hijras, Los hijras, son una secta de extracción musulmana en su mayoría, aunque también hay muchos hindúes, adoran a Bharuchra Mata, diosa hindú de Gujarat. Aunque la mayoría accedieron a ser mutilados, se afirma que todos los años son emasculados a la fuerza mil varones indios a fin de obligarlos a unirse a los hijras, tras lo cual son subastados al gurú que sea mejor postor. Los hijras viven bajo un sistema jerarquizado de gurús, por el que se dividen las ciudades en territorios entre los diversos clanes. Los hijras viven de la limosna en los templos, y de la prostitución. Aunque son objeto del desprecio general, también son temidos, pues la gente cree que practican la magia negra. Por dicha razón, los contratan para bendecir a los niños y recién casados. A lo que se preguntaran los seguidores del Corán, no es acaso de Mahoma dijo: “El castrador de otros o de sí mismo no es seguidor mío”. Lo interesante de estos Eunucos al borde del Blackburry es que nos marca una realidad, la cual es, que pese a su prohibición, los eunucos fueron muy apreciados como esclavos en el mundo islámico, donde servían de guardianes de harenes y santuarios (cosa que es sabida popularmente). Como consecuencia, se perpetuó el tráfico de estas personas. Hijras De hecho para los comerciantes esclavistas obtenían buenas ganancias con la venta de jóvenes de Sudán y los países vecinos del Norte de África.  En los albores del siglo XIX, Johann L. Burckhardt visitó el Alto Egipto, donde vio a eunucos jóvenes listos para ser vendidos como esclavos. La emasculación se practicaba en niños de 8 a 12 años. Los castradores eran dos monjes coptos. “Su oficio —comentó Burckhardt— era considerado execrable.”

Aun El seminario Aun (1972) se ocupa de ella en la medida en que toma por tema la «imposibilidad» de la relación sexual, por lo cual se entiende la imposibilidad de una «escritura» lógica de la sexualidad de sujeto hablante. Es en esta perspectiva que se plantea el principio de que «no hay relación sexual»…¿Ahora como relacionar la enmasculación con la práctica psiquiátrica? Sin pretender formular una teoría sobre la paranoia, Aulaugnier pone en relieve la diferencia entre la esquizofrenia y la paranoia en el campo del espacio psíquico tanto del progenitor como del hijo. En la paranoia a diferencia de la esquizofrenia, aparece en escena un odio que es abiertamente percibido marcando de manera importante el destino de los sujetos. Es el odio, piedra angular alrededor del cual construyen su teoría sobre el origen. La Imagen unificada del cuerpo y la teoría sexual infantil se unifican con la pregunta sobre el nacimiento construyéndoselo que se denomina como “causa originaria”. Tanto el proceso primario como el secundario dan respuesta a la pregunta sobre el origen produciendo la escena primaria y el pensamiento sexual infantil. Todo esto para dar lugar a la teoría infantil sobre el Edipo. En paralelo a este proceso, se va accediendo a la imagen del cuerpo y con ello ala imagen del lenguaje. Para acceder a la ley del lenguaje debió haber interacción entre la fantasía de la escena primaria y la teoría sexual infantil por un lado, y entre lo escenificable y lo decible, por el otro.
Ahora, la entrada a la imagen unificada del cuerpo se logra por lo que el niño escucha de la madre acerca de su cuerpo. Para ello es una condición necesaria el placer materno con relación a ese cuerpo. Si esta unificación de la imagen del cuerpo se obtiene, entonces será posible integrar los placeres parciales y ponerlos al servicio del goce. En cambio, si en este cuerpo hablado falta una palabra que designe una función y una zona erógena o si existe pero no está atribuido para ese niño o no se reconoce fuentede placer en la voz materna, entonces esta función y ese placer pueden faltar de manera radical. Es también otra condición que el niño pueda advertir un goce sexual entre esta madre y su padre como una experiencia diferencial entre lo que ve, escuchay dice con respecto a su propio goce.En el terreno de la psicosis, lo que aparece es aquello que sucede cuando este cuerpono tiene acceso a la imagen unificada en la escena primaria fantaseada. Toda la fantasía de placer se proyecta en escena del cuerpo fragmentado, es más, el objeto de dicha fantasía se centra en el cuerpo del niño.
En la esquizofrenia, el niño sabe que existe algo “fuera de sí” pero no sabe que eso tiene autonomía. Hay un deseo fuera de él que anula su propio deseo, un Otro que decide sobre las leyes que rigen su mundo y su psique. Es decir, él es solo un pedazo de carne que se ofrece a otro cuerpo. La entrada del padre no ha sido posible ya que la madre es la que sigue ocupando el lugar primordial y el displacer transmitido desde su lugar como madre, hará que no exista un nivel de reciprocidad entre uno y el otro.
Generalmente, observa Aulagnier, las madres de los esquizofrénicos cumplen con estas características, sin embargo en el caso de las madres de los paranoicos, la situación es distinta ya que es la ambigüedad la que predomina para formar un cuadro clínico en ellas.

En primer lugar está la madre del paranoico, quien a diferencia del esquizofrénico se muestra ante su hijo como una “madre perfecta”, abnegada y sacrificada quien deja poco espacio para la crítica por parte de su hijo de tal forma que pese a que éste intuye que algo de esta demostración es falsa, no puede comprobarlo en su realidad. Caldo de cultivo para que se genere una fuerte desconfianza culpabilizada. Para Aulagnier, la desconfianza paranoica tiene una estrecha relación con esta puesta en escena que por
un lado la madre declara como verdadera aunque falsa en fondo, pero que no puede quedar al descubierto.La diferencia con la madre del esquizofrénico es que en la relación de ésta con el hijo, el rechazo parece mucho más abierto y la apropiación de su autonomía mucho más violenta. Mientras en esta última aparece una amenaza que atropella,
en la madre del paranoico aparece una advertencia silenciosa. Todo es razonable, respetuoso para acusar lo irrazonable e irrespetuoso de la voz del padre. Es ella la encargada de develarla falla paterna y no tendrá reparo en expresar su odio hacia éste y advertir al hijo de su monstruosidad del cual corre peligro.
elnoviodemimadre Entonces, tenemos a una madre que aparentemente protege al hijo de un padre que queda en el lugar de la amenaza. Pero ni una de ambas posturas pueden ser dignas desconfianza para el hijo; sin embargo la opción menos riesgosa para él es aceptar el amor
de esta madre que lo ha amado mucho.
Amor materno que se basa en lo que la madre tiene que hacer por “el bien” de su hijo. El fundamento de sus acciones está basado en el deber sin placer. Es esta madre ejemplar quien frente a la falla paterna -no importa
sus representantes: médicos, jueces, maestros – ha tenido que sacar cuesta arriba a la familia (sola ella con su falo, sus proctomas dóricos, la pobre santa). 
A diferencia de la madre del esquizofrénico cuya transmisión es su no-deseo de hijo, en la madre del paranoico aparece su deseo de procreación donde reconoce el deseo del padre a condición de que su presencia sea el estandarte contra el cual hay que luchar.
De esta manera, el padre es sostenido por la madre para ejercer el combate, sin él la guerra no podría llevarse a cabo.
El padre es entonces, el agente de un deseo mortal cuya ejecución llevaría al hijo al precipicio. El padre es el representante del mal. La madre tendrá que garantizar que esta prueba nunca faltará, que siempre encontrará en este padre un deseo para
designarlo como ilícito. En tal caso, la realidad histórica que el niño aprehende queda perfectamente ensamblada en lo que la madre denota sobre la realización del deseo paterno: no se puede desear el deseo del padre por lo que todas las justificaciones que la madre ofrece sobre ello ensamblan en lo secundario sin posibilidad de derribar su lógica.

binchadenpapá En cuanto al padre, Aulagnier encuentra una similitud con la posición materna. En él aparecen enunciados designativos declarando a la madre como la representante del mal. Solo que en este caso, tal enunciación es abierta, por lo que adopta una forma violenta. Otro rasgo que es frecuente encontrar en el padre, es la gradual degradación de su persona quedando evidente para el hijo una cierta patología mental. Esta puede manifestarse en una posición de “saber”, donde el padre puede ubicarse como el único
otorgador del saber que puede imponer con violencia por el bien del hijo. Saber cómo educarlo, cómo alimentarlo, cómo guiarlo, tomando así el lugar del amo absoluto.Moritz Schreber, el padre de Paul Schreber, es un buen ejemplo de cómo un padre  transmite a su hijo, bajo imposiciones violentas, un saber sobre su cuerpo y su sexualidad ante la ausencia de un referente paterno.

¿Ahora que demonios puede buscar este pobre hijo? En el padre, el hijo busca una forma de distanciarse con el portavoz que en su primer momento se trata del discurso materno. El hijo idealiza al padre para no quedar bajo la fascinación con el representante del Otro. Sin embargo, su salida ante su aliado escogido no es menos angustiante ya que tendrá que probarle fidelidad y sometimiento
absoluto.
Imperio hispanoargentin o Y tal como lo señala Aulagnier, el lazo con el agente idealizado es erotizado, por lo que es comprensible la existencia por un lado, de una gran monto de angustia que se va a generar en este hijo y la necesidad de desmentir tal lazo homosexual. Es aquí donde la
vivencia homosexual muy cercana a la vivencia del paranoico, tiene su nacimiento.Esta idealización de la imago paterna es proyectada al exterior y con ello el hijo logra proyectarse e ilusoriamente pensarse como unificado. Sintetizando, y a promesa de continuar citamos a Piera:

Este fantasma de auto -engendramiento que podemos encontrar en ciertas formas de psicosis admite las más de las veces ser decodificado, si lo examinamos con alguna atención como un fantasma que atribuye al sujeto el poder de engendrar no sólo su propio pasado; no sólo su origen, sino todo su origen”.

Publicado enero 27, 2009 por gabrieldaruich en Psiquiatría Clásica

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