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TOC (2) La maladie du doit: Un vuelo de ida   Leave a comment

 

images (1) El hijo de Falret y su maladie du dout (1866). Esta es la primera descripción en realidad del trastorno obsesivo-compulsivo en la literatura, que de hecho, se refiere a Jules Falret (1824-1902), hijo de Jean-Pierre Falret, nunca realmente ha sido adjudicado porque se enterró en medio de la etiqueta de la enfermedad, siguiendo el sendero de «locura razonante»(La Folie raisonnante) y lo definió como «la locura parcial con un miedo al contacto con objetos externos » (l’aliénation partielle avec prédominance de la crainte du contact des objets extérieurs). Sin embargo, en un artículo en los Annalesmédicopsychologiques (1866), describe claramente las acciones y pensamientos obsesivos compulsivos, su naturaleza patológica de la que el paciente es plenamente consciente, y sin embargo, de la que es no puede abstenerse. Falret señala como ejemplo un paciente incapaz de tocar las perillas de las puertas, pidiendo ocasionalmente hacerlo sólo con un pañuelo por temor a la contaminación. Señaló a la multiplicidad de fobia «Miedos», así el dice: «Estos pacientes no sólo tienen un conocimiento perfecto de su estado, sino que reconocen lo absurdo de sus temores y tratan de distanciarse de ellos, pero no pueden; y, a pesar de sí mismos, siempre están obligados a volver a la mismas ideas y de repetir las mismas acciones. Para Falret esta variedad de afecto mentales más frecuente de lo que se podría pensar, «sólo que estos pacientes rara vez han llamado la atención de los médicos de asilo. Fue debido al estado de «permanente dudas internas «, dijo Falret, que su padre, père Falret, había propuesto el término «Temor al desorden» (maladie du doute; douter en francés significa, entre otras cosas «Temer»).images La psiquiatría alemana por su parte desarrolló el término de Zwangsvorstellung (Krafft-Ebing, 1867) para hacer referencia a las representaciones forzadas que el sujeto no es capaz de controlar -del término Alemán alto dwang que significaba forzar u oprimir. Westphal en 1877 se convenció de que las Zwangsvorstellungen o presentaciones obsesivas eran fundamentalmente un defecto del intelecto y que el trastorno emocional concomitante era secundario. Conocía la obra de Du Saulle y de Falret (maladie du doute) y la teoría de Grübelsucht (enfermedad ruminatoria, -grübeln para la idea de “devanarse los sesos”-) de Griesinger. Las obsesiones se diferencian del condicionaban porque no desarrollaban “necesariamente” delirios, en tanto y cuanto, eran egodistónicas, y se dividieron en rumiativas (trastorno mental de la duda), en compulsivas (délire de toucher) e impulsivas. La teoría intelectualista fue apoyada por varios autores (Tuke, Griesinger, Wernicke, Magnan), y el mismo Westphal propone una definición para los fenómenos obsesivos de relevancia histórica: “ideas parásitas, las cuales, permaneciendo intacta la inteligencia, y sin que exista un estado emotivo o pasional, surgen ante la con- ciencia, se imponen a ella contra su voluntad, se atraviesan e imponen al juego normal de las ideas, y son, siempre, reconocidas por el propio enfermo como anormales, extrañas a su yo”. Por otra parte, en el intento de reclasificar los trastornos obsesivos, Thomsen en 1895 distinguió un grupo secundario a la histeria, las fobias y la neurastenia, y otro grupo primario o idiopático que Donath denominó anancásticos – que viene de anancasmus que es el derivado del griego significa necesidad u obligación- e incluía, aparte del TOC, tics, coprolalia, migraña y sensaciones somáticas. La ambigüedad de dicho término ha traído posteriormente problemas conceptuales al utilizarse indistintamente para fobias y obsesiones. Ya a principios del siglo .XX, fue Janet quien categorizó los TOC dentro de la Psicastenia que extraía de la Neurastenia y que pronto resultaría una categoría nuevamente demasiado abultada -el nuevo gigante de la Neuropatología para Dubois en 1909-. La psicastenia carecía de límites clínicos bien definidos y consistía en un modelo más bien explicativo de los trastornos obsesivos basándose en mecanismos teóricos como la “reducción de la tensión” o “experiencia de un sentimiento de incompletud”. En Neuroses et idées fixes (Raymond y Janet, 1908), el concepto de las obsesiones se distanciaría del délire émotif de Morel, pero la categoría psicastenia seguiría siendo una “agrupación artificial de síntomas que ofrecen un particular aspecto por el predominio de mecanismos típicos (causales)” (Schwartz, 1955). En efecto, la revisión de los casos referidos por Janet muestra que no se alejan mucho de los referidos por Morel: aparte de los TOC, incluía también trastornos por angustia, fobias, tics, estados hipocondríacos y confusionales, así como la epilepsia (Berrios, 1995). Sin embargo, la perspectiva psicológica de Janet situó definitivamente los trastornos obsesivos en el territorio de las neurosis que por aquel entonces comprendían la neurastenia, la histeria y la psicastenia.Cuerpo_Estriado

Una biología condicionante. En lo profundo de nuestro cerebro se encuentra una estructura llamada cuerpo estriado. Esta se compone de dos partes conocidas como el núcleo caudado y putamen. Cada parte consta de una masa de células nerviosas, que están involucradas en el procesamiento de mensajes de otras partes del cerebro. Los mensajes tienen que ver con la información sensorial (como ver una mancha de polvo) y con la traducción de esa información en los movimientos del cuerpo (como frotar las manos). En las personas con TOC, parece que el núcleo caudado puede no estar funcionando correctamente.Normalmente la traducción de las entradas sensoriales en salidas motrices (movimientos de partes del cuerpo a través de la inervación de músculos particulares) es suave y finita: se ve una mancha de polvo, las manos reaccionan para limpiarlas. Fin de la historia. Algunos sentimientos mal dirigidos y movimientos extraviados son de alguna manera filtrados. En el TOC el mecanismo de filtrado es defectuoso. Movimientos obsesivos, como frotarse las manos o la elaviador01 repetición de frases, son los resultados.

Volar, repetir y enfermar. El Aviador, la película, que ganó Oscars en el 2001, cuenta la historia de los primeros cuarenta años la vida de Howard Hughes. Un hombre obsesionado con las mujeres hermosas (ninguna de las cuales lo hizo en una relación duradera con él), con la fabricación de películas (ninguna creadas en el molde de los clásicos como Ciudadano Kane, Lo que el viento se llevó o Casablanca), y con el diseño y vuelo de aviones más grandes y rápidos hasta cerca de su propio fallecimiento. Hughes padecía otra obsesión, ahora reconocida como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).La enfermedad no es tan poco frecuente: 1 de cada 50 de la población padece de la misma. El TOC se manifiesta por pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos. Hughes estaba obsesionado por la amenaza de infecciones microbianas de los alimentos y de su entorno, y reaccionó evitando el contacto con posibles fuentes de suciedad y por el lavado constante de las manos. Típico de los enfermos de TOC, tampoco podía dejar de repetir una y otra vez ciertas frases que le venían a la mente.

La verdadera historia de Hughes. El Dr. Jeffrey Schwartz, un neurocientífico de la UCLA y director del Instituto de Westwood para los trastornos de ansiedad, aconsejó a Martin Scorsese (Director de “El Aviador”) y Leonardo DiCaprio (quien interpretó a Hughes) sobre las manifestaciones del trastorno obsesivo compulsivo. Él está bien calificado para hacerlo. Muchos de sus pacientes padecen de TOC, y su libro, Cerebro y Mente, fue lo primero que lo condujo a DiCaprio. La estrella de cine luego pasó varios días con algunos de los pacientes de Schwartz. Howard-Hughes Nadie tenía ni idea de cuáles eran las causas del trastorno obsesivo compulsivo en esos días. Como resultado, las personas con los síntomas eran estigmatizados y no se trataban adecuadamente, si es que se trataban, dice Schwartz.   Ahora la situación ha cambiado. La terapia de conducta, de la mano del Dr. Schwartz, parece ser un éxito notable. Depende en que el paciente reconozca que los pensamientos que conducen a su comportamiento particular son resultado de las señales inadecuadas en el cuerpo estriado y aprenda a no reaccionar ante ellas. La terapia no es muy diferente a la utilizada para curar una fobia a las serpientes teniendo una pitón en el regazo y aprendiendo a acariciarla.

El tratamiento del Dr. Schwartz consiste en enseñar al paciente una serie de pasos que él/ella tiene que seguir. La esencia es reconocer los pensamientos intrusivos, e insta a re etiquetar los pensamientos obsesivos y compulsiones. Por ejemplo, aprender a decir “no siento la necesidad de lavarme las manos” Siento una necesidad compulsiva de realizar la acción de lavar mis manos. Para otras obsesiones y compulsiones, como puertas y aparatos de chequeos, y conteo innecesario de ciertos objetos (no necesito revisar la puerta: la cerré con llave, y así sucesivamente).  El objetivo es controlar las respuestas de los pensamientos, e instar, a no tratar de controlar y apresurar los pensamientos mismos. Si los pacientes aprenden a realizar estas acciones sobre una base diaria, y continúan con estas medidas esencialmente autodidactas por períodos de semanas o meses, su TOC gradualmente se va a curar.El TOC de Hughes no fue tratado: simplemente se convirtió en un recluso y murió en gran parte del hambre – a los 71 años de edad – solo en una habitación del Hotel Acapulco Princess en México, con las ventanas y la puerta selladas por cinta adhesiva. Aquellos que han visto “El Aviador” recordarán las últimas palabras de la película, que narrado obsesivamente por Leonardo DiCaprio como Howard Hughes: El camino hacia el futuro, el camino hacia el futuro, el camino hacia el futuro. Creo que la película nos recuerda tres hechos. Uno al que ya me he referido: el TOC ya no debe ser considerado como un estigma, sino un trastorno tratable.La segunda es que las ambiciones Hughes no excluyen la realización de dinero. Si Hughes no es el legado de sus películas o sus aviones (o descendientes de bonito), es en el éxito final de sus operaciones financieras. Antes de morir, dejó su fortuna para financiar todo lo que se ha convertido en una de las mayores fundaciones privadas de medicina en el mundo: el Instituto Médico Howard Hughes. La filantropía de Hughes lo pone firmemente junto a los hombres como Andrew Carnegie, Sir Henry Wellcome, y John D. Rockefeller. ¿De qué otro magnate del cine se puede decir lo mismo?

Publicado noviembre 29, 2010 por gabrieldaruich en Psiquiatría Clásica, Psiquiatría Clínica

Ansiedad 3: El ansia de un símbolo de paz   Leave a comment

vogel murtein El ansioso, en algún punto resulta ser semejante a ciertos toxicómanos que unen al apetito a un intolerancia a lo que consumen, es decir su ansiedad va más allá de la ansiedad que es señal, o emergencia, para el Freud de los veinte; parece como sí para buscar la emoción por la que sufre, el ansioso necesite regodearse en espectáculos tristes y en medita­ciones fúnebres; de buena gana es, según -la pintoresca expresión de Freud- es un «pájaro de la muerte» (Liechen-Vogel). En el fondo su mente en este estadio es consistente con un estado crónico y paro­xístico, de inseguridad, desproporcionada a su causa, o pri­mitiva, esencial y difusa. Un rasga distintivo de esta patología es su reacción a la espera; el ansioso no puede soportarla, así tomando al primer Freud la transforma inevitablemente en angustia. Tácito, ‘al hablar -de un gene­ral presa de ansiedad ‘constitucional, definió, con su pro­fundtácitoidad y concisión habitual, esta disposición patológica, al decir mora aeger et spei impations: «La espera enfer­maba y la esperanza le resultaba intolerable».Así la vida del ansioso tal niño temeroso y sensitivo se nutre de «vanas ternuras»; como adolescente es tímido, experi­menta susceptibilidades y pudores excesivos; como esposo o amante, es exasperante por su inseguridad; en lo intelectual por humildad injustificada, subvalora su inteligencia, su apostura, su encanto y su co­raje. Con frecuente sufre de «impotencia emotiva», así como madre es inquieta e involuntariamente tiránica; orga­niza a su alrededor la «persecución de la ternura» en nombre del altruismo: celando sus niños con una solicitud opre­siva y abundantes restricciones ofensivas; Todas estas expresiones de la ansiedad pueden si se quiere, de no buscar ayuda, tener un vía final común dado que como dice Heidegger somos para la muerte, en tanto esta se vuelva la posibilidad mas próxima, en tal situación estos sujetos que se ciñen alrededor de la edad crítica con una gran ansiedad de envejecer, la llama “angustia de los cabellos blancos”;  pero también angustia de elemento que lo descubra ante el otro como lo que se imagina que es, vale decir que la: calvicie, las arrugas, su desgarrador renun­ciamiento al amor, y a veces también miedo de arruinarse, en esa edad en que “ya no se puede ad­quirir, y por ende crece el temor de morir en la miseria”; de allí resulta una forma de «avaricia» particu1ar como motivo de los ancianos que no es obsesiva, sino ansiosa indiferenciada; por otro lado decimos que no es obsesiva en tanto que la idea es fija, ya que durante toda la vida al analizar estos pacientes hubo una dilación cuasi filosófica (una duda, una necesidad de deshacer) sobre el amar, y de vez en cuando, meditación trá­gica de la muerte, que han servido de argumento para trasladar el motivo de la defensa a ideas fijas en la madurez .Si vamos aún mas atrás incluso ya en su juventud los medios de defensa cuasi instintivos del an­sioso han sido: su recurso a los consejos y sobre toda acción, su demanda de presencia permanente, su necesidad tácita de un confidente que lo comprenda y le infunda un poco de calma y seguridad; En otras palabras su necesidad de confesión, charly que le permita apaciguar los temores y escrúpulos conscien­temente reprimidos; su anhelo por la plegaria, y en definitiva, por todo aquel que puede ofrecer a su ansiedad una salida aún más eficaz que las que conoce (de las que por cierto siempre no ha aprehendido mucho); Así poco a poco se trans­forma, en un una persona que no sabe “querer”, siendo la única expresión del deseo su margen calculado de acción. En tanto avanza este no querer, pasa a ser frecuente su tendencia al misticis­mo, adquiriendo un fino sen

tido del misterio universal, buscando un símbolo de paz que lo envuelve y lo oprime; la superstición, por cierto, sólo una de las tantas caras este rol intermedio de la defensa, puesto que el motivo es desplazar el deseo, así toda su vida adquiere un valor cada vez mas generalizado de representación, su vitrina se llena de medallones, piedras o cualquier tipo de objeto que sirva de fetiche para su ansiedad, por supuesto que algunos clanes pueden buscar formas de filiación, de los ansiosos entre sí: foros de Internet, círculos de lectores y/o estafetas postales pueden volverse depositarios necesarios de sus lamentaciones y cavilaciones que por cierto adquieren un carácter de complementariedad, que tapona y coagula el desarrollo natural de su patología. En 1987 Charly García produce su primer disco parte de la religión de ahí los ansiosos encuentran un himno post-mundial, una canción que se llamaba buscando un símbolo de paz, escuchar al artista hace que nuestras palabras adquieran una veracidad, que solo el arte puede trasmitirnos.

Publicado junio 13, 2010 por gabrieldaruich en Psiquiatría Clínica

La ansiedad 2: Los márgenes de Gea, en la mismidad del caos.   Leave a comment

 

La ansiedad es además una emoción contradictoria; si bien la persona debe continuar la lucha en nombre de la eluda, por este mismo motivo está impregnada de una incapacidad de actuar, de impotencia. De ahí resulta esa situación psicológica tan particular y desgarradora: imposibilidad igual tanto de reposo como acción. La «desesperación» es un estado de alma muy doloroso; pero que lleva implícita la certidumbre de la desdicha;, es la postración, pero en muchos casos es también un reposo después de la lucha. La «cólera». aparece asimismo como una emoción penosa, pero trae consigo el conocimiento más o menos claro del daño sufrido y representa, por sí misma, una forma de intervención positiva, un vigoroso medio de acción sobre el mundo exterior. La ansiedad no puede renuncia)’ como la desesperación ni actuar como cólera. El ser en sí parte a la búsqueda de hacia un objeto que no está, se 1imita a dudar; es la adaptación imposible a la desgracia incierta. En esas condiciones, a menos que la ansiedad. transitoria y moderada, no intervenga como ,estimulante Útil ,para una decisión .rápida, la reacción defensiva no puede sino engendrar una desdicha sin salida. El potencial nervioso inutilizado se deriva sobre el sujeto en si mísmo, en una suerte de convulsión agotadora y estéril: de movimiento exterior aborta y se degrada en emotividad interna. Como atrapado en un lazo, el ser en su totalidad, moral y física, vuelve contra sí su energía y, bajo el aguijón de la angustia, sólo consigue anular su propio esfuerzo. Existe una ansiedad normal, rara en las condiciones ordinarias de la vida y proporcionadagea a la importancia de un peligro real. La ansiedad patológica es notable, al contrario, por el exceso de su frecuencia, duración e intensidad y por su origen más o menos autónomo», es decir gratuito y sin motivo plausible. En gran cantidad de afecciones psíquicas, la ansiedad intermitente a título de síntoma esencial o accesoria: aparece como la secreción natural y, podemos decir, selectiva de todo sistema nervioso que sufre. Inclusive cuando el sujeto, durante su inconsciencia, desconoce su estado patológico, no por deja de sentir, por lo general, un sentimiento confuso, pero profundo, de su inadaptación vital; su sensibilidad, como una advertencia íntima, se inquieta por un mal que su inteligencia no comprende. En forma predominantemente ansiosa recibe ese grito de alarma del instinto de conservación, como diría Garma: “Ese presentimiento dolo, rosa de una desdicha desconocida”. En este punto es interesante la postura de Deveaux donde en varios trabajos señala que el dolo que se impone innata y temperamentalmente, tienen una aptitud excesiva dada la angustia y la ansiedad efectivamente acontecido. Esta predisposición podría ser en ocasiones el producto de fantasmas profundos, algunos pensarían que innatos, que permanecen “en ocasiones latentes, hasta que se 200px-Pseudo-Seneca_BM_GR1962.8-24.1 produce un episodio patológico que la revela, o la causa en forma ocasional, con lo que se subjetivamente uno percibe que el otro exaspera: “No obstante, con gran frecuencia, la observación atenta, en la vida diaria, puede evidenciar una forma de ser que siempre da: pequeños signos o estigmas que, por su agrupación componen un cuadro de la constitución ansiosa”, o como yo prefiero llamarle, constitución distímica del temperamento.

Este concepto de asociar a la angustia con una confusión o caos, tiene una acepción que remite a las teogonías de todos los tiempos. Así el Chaos es producto de la confusorum en la filosofía clásica, en consecuencia se expandía en el mundo la confusión de las tinieblas, hasta que Dios vino a poner en orden los cuatro elementos (tierra, fuego, aire y agua). Sin embargo como bien señala Marie Von Franz en la Teogonías de Hesíodo no poseía esta visión mas Cristiana del Caos, puesto que para la mitología griega el desorden es la grieta por medio de la cual Gea (“abertura”, “bostezo”) por medio del cual engendró la tierra. Así tanto Hesíodo en la mencionada Teogonía, como Homero en algunos pasajes de sus épicas, nos dicen que primero fue el “Caos”, especie de oquedad imaginaria sobre el cual se engendraron todos los dioses y las cosas, entre ellos Zeus hijo de Cronos a quien castigó con su implacable rayo (el cual le fuera obsequiado por liberar a los titanes del inframundo, algo así como el infierno Cristiano). Al respecto dice Hesíodo:

“En el principio fue el Caos, luego Gea, de ancho pecho, sede siempre firme de los Inmortales que ocupan la cima del elevado Olimpo; en lo más profundo de la tierra de amplios caminos el tártaro, y Eros, el mas bello de los dioses inmortales, que despliega el discernimiento de los hombres y los dioses a los que su decisión somete. Del caos nacieron Erebo y la negra Noche. De la Noche a su vez surgieron Eter y Emea a los que engendró fruto de la unión con erebo”

Publicado junio 7, 2010 por gabrieldaruich en Psiquiatría Clínica

La ansiedad: El infierno de Virgilio   Leave a comment

 

Como sucede con frecuencia con términos lingüísticos complejos, la etimología del vocablo nos da una idea más exacta de lo que es la angustia y la ansiedad. En tanto las dos palabras derivan de una raíz común (angh), que por cierto alude a un particular estado de constricción o ahogo. La palabra «ansiedad» adquirió así un significado predominantemente moral: con ello se designa la duda penosa, la incertitud crítica, de la mente que, sin poder llegar a una decisión, se debate en un callejón sin salida intelectual. Además la palabra «angustia» tiene un significado más bien físico: designa esa impresión de malestar interior y de estrechura que tortura al dasein, esa suerte de compresión, localizada o difusa, que oprime su cuerpo a la vez que su espíritu. Si analizamos con cierto detalle los caracteres clínicos de la ansiedad y la angustia podemos admitir que la ansiedad, trastorno ,especialmente moral, se descompone en tres elementos principales, a saber: inseguridad, elemento afectivo; duda, elemento intelectual, e irresolución elemento volutivo. Del mismo modo, la angustia, como trastorno predominantemente físico, se diversifica en sensación de contracción en la garganta (angustia faríngea y ,laríngea), en el pecho (angustia torácica), en el estómago (angustia epigástrica), imagesCA1MA69Een tenaza oprimiendo en el corazón (angustia cardíaca), entre otras. Estas variedades de angustias corresponden casi siempre a espasmos internos y, más especialmente, a la construcción ciruclar de la musculatura lisa de los órganos huecos. En tanto consisten, literalmente, en un estrangulamiento material, es decir , un profundo calambre, verificable a menudo por nuestros medios a le exploración científicos actuales con relativa facilidad, basta con ello: una somera anamnesis, una electrocardiograma, y de ser necesario, una radiografía de torax. Estos medios – salvo excepciones – es mas que suficiente, pero aún no suelen dejar conforme a quien consulta, quien más de una vez suele cansar al clínico con la solicitud de más análisis e interconsulta.  Todos conocemos por experiencia al ansioso en estado, no suele pasar inadvertido en la guardia, sea que sufra de una ansiedad normal o patológica. Así su rostro es revelador: frente con arrugas, particularmente verticales, que dibujan, por el doble juego de los músculos superciliares, dos arcos de concavidad superior (más acentuados en la ansiedad concurrente a la enfermedad melancólica); orificios oculares, nasales, Y bucal achicados, con tendencia a contraerse transversalmente y a alargarse en sentido vertical; ojos móviles y oblicuos, los cuales a menudo están dilatados, en ocasiones inclusive por fuera de las órbitas por el miedo. El conjunto del rostro está a grandes rasgos adelgazado, estirado, marcado por la angustia, muestra una facies hueca, esculpida en :profundidad: es la facies trágica y concentrada del ansioso (como la denominaba Logré). Además puede suceder que, bajo la influencia del invisible lazo sientan que se les cierra la garganta, lo que explica que el ansioso pierde la voz, como citara ya Virgilio: “Vox faecibus haesit”, es decir, el que la angustia es el dolor que no se puede gritar. Otras veces, la descarga, es de tinte motriz, unruhe siendo más difusa comprometiendo a los músculos de la vida de relación y de la actividad voluntaria, tanto como a los de la vida vegetativa de la actividad automática: se llega entonces a una agitación generalizada, trepidante y estéril, que se expresa como una imposibilidad de permanecer en un lugar que, en muchas lenguas, la etimología valorizó con la formación de palabras como inquiétude, restlessness, unnruhe, que no son más que la expresión ubicua de una incapacidad de reposo. Esta excitación motriz y articular da al sujeto, inclusive de lejos, una aspecto muy típico: una marcha con idas y vueltas precipitadas y sin objeto; impulsos que son seguidos de bruscas detenciones; mezcla contradictoria de prisa e indecisión; movimiento en el lugar o en un estrecho círculo; exclamaciones breves y monótonas, letanías de interjecciones. La actitud exterior de ansioso, presa de esta agitación en cierto modo comprimida, es la expresión conmovedora del temor e incertidumbre propia de un hombre hostigado, acorralado por el peligro, bloqueado en un callejón sin salida, que se debate inútilmente para salir de él mismo, puesto que es la expresión mórbida de una jaula por decirlo así autoimpuesta. De todas las emociones, la ansiedad sea sin duda la más intolerable. Se opone, en cierto ,sentido, a la esperanza, que constituye la forma expansiva y, por así decirlo, el beneficio psicológico que esconde la incertidumbre; por el contrario, la ansiedad es únicamente la tortura, activa y continuada, que nos infligimos y que sostenemos como expresión de un sentimiento crueldad infatigable. A su vez puesto que existen dudas, no todo está perdido; no se tiene derecho, ni poder para renunciar, para darse por vencido; y que para el ansioso que esforzarse, hay que inculparse, por eso es una lucha pesimista, que se entabla con el estado anímico el cual ha sido por derecho propio vencido de violenta, desesperada y obstinada. En el fondo acaso la ansiedad, cuando deja de ser señal, cuando deja de operar como cuanto de energía catectizable, pasa a serVirgilio sin cartuchos para la HP un estado, con un monto de destrudo suficiente como para eternizar el suplicio. Un texto que describe como  pocos esta sensación de Ansiedad, nos alude al personaje sobre el que proyectaremos la ansiedad, es decir Virgilio, quien fue el introductor de Dante al averno.

Uno de los textos que mejor describe la sensación de vacío, hastío, que descubre la hiancia misma ante la incertidumbre, la nada, que nos pone de lleno en lo que podríamos llamar la esencia del ser en sí Sartreano. Hay un texto corto de Virgilio Piñera Lema, el gran escritor Cubano, que se titula precisamente El infierno que podemos decir que es “de Virgilio” que traduce como pocos el trasfondo de esa vivencia ipsiedad en la que ser ahoga lo ansioso:

virgilio“Cuando somos niños, el Infierno es nada más que el nombre del diablo puesto en la boca de nuestros padres. Después, esa noción se complica, y entonces nos revolcamos en el lecho, en las interminables noches de la adolescencia, tratando de apagar las llamas que nos queman, ¡las llamas de la imaginación! Más tarde, cuando ya no nos miramos en los espejos porque nuestras caras empiezan a parecerse a la del diablo, la noción del Infierno se resuelve en un temor intelectual, de manera que para escapar a tanta angustia nos ponemos a describirlo. Ya en la vejez, el Infierno se encuentra tan a mano que lo aceptamos como un mal necesario y hasta dejamos ver nuestra ansiedad por sufrirlo. Más tarde aún (y ahora sí estamos en  (y ahora sí estamos en sus llamas), mientras nos quemamos, empezamos a entrever que acaso podríamos aclimatarnos. Pasados mil años, un diablo nos pregunta con cara de circunstancia si sufrimos todavía. Le contestamos que la parte de rutina es mucho mayor que la parte de sufrimiento. Por fin llega el día en que podríamos abandonar el Infierno, pero enérgicamente rechazamos tal ofrecimiento, pues, ¿quien renuncia a una querida costumbre?” (Virgilio Piñera Llera. En La mano de la hormiga, los cuentos más breves del Mundo y de las literaturas hispánicas, prólogo y selección de Antonio Fernández Ferrer, Fugaz ediciones universitarias, 1990).

Publicado junio 2, 2010 por gabrieldaruich en Psiquiatría Clínica

Los avatares y las depresiones melancólicas   Leave a comment

Es una depresión mayor con una iorphee-clerambaultnhibición marcada la vida psíquica, que lleva a abandonar las actividades cotidianas, inclusiva asumiendo la postración. Se  caracteriza por presentar las ideas típicas de la depresión, pero con una desviación catatímica de su juicio. La denominada reconcentración, no es mas que una  exacerbación del proceso introversivo, que por sus fuertes variabilidad intratensiva, se ve signado a converger en procesos propios de la periferia del yo, es decir, el conjunto de fenómenos que están relacionados con la percepción y la atención. Este fenómeno puede darse por un mecanismo que se llama reconcentración por medio del cual a través de las alucinaciones cenestésicas el individuo en realidad lo que logra es alejarse del mundo circundante. Es por ello que las funciones básicas como atención, orientación y memoria pueden estar alteradas porque en realidad la persona utiliza mecanismos de formación cenestésicos como reforzamiento de la introversión de su persona aunque en algunos casos esto es relativo puesto que la persona en sus antípodas depende de un proceso que intratensivo, es decir, que está signado por un enorme tensión interna). Este proceso de cenestesias continuas puede dar lugar a la formación de alucinaciones cenestésicas propiamente dichas: dado que el interés se desplaza al cuerpo y las cosas que pasan en él, por ende, cualquier enfermedad es catalizada por el más mínimo producto de un fenómeno cenestésico, para ser encausada en la producción de un proceso patológico, que se ve reforzado no por la generación de automatismos (Clerembault) sino por un estrechamiento y compromiso del marco de la conciencia en el plano cualitativo. Así estos pacientes pueden sentir el hígado hinchado, el corazón descompuesto o el cerebro reblandecido. Esto se debe a que para desarrollarse tal convicción, si bien estas vivencias se puede desarrollar un delirio hipocondríaco per se; por otro lado muchos autores piensan que el delirio hipocondríaaco es secundario a una melancolía. En consecuencia siempre que se evalué un paciente con alto grado de déficit cenestopático y convicciones delirantes de tipo hipocondríaco, no es de mala práctica pensar que se encuentra en una defensa frente a la depresión, en efecto, tal como lo ha señalado gran parte del psicoanálisis inglés la identificación con elementos proyectados, puede operar como una defensa proyectiva, que es operativa por una disociación que forma una posición subjetiva del individuo frente al mundo( idecover-96895ntificación proyectiva). Así este posicionamiento tiene por finalidad el negar la posibilidad, o de clausurar la angustia, que implicaría introyectar tales elementos en uno sólo, base quizá central en un posicionamiento depresivo, donde la introyección objetal se hace necesaria como fase previo a la resolución del conflicto, es decir, que la aceptación de la posición depresiva no solo es difícil porque implica una profunda introyección de elementos que podrían presentarse como disociados, por operación de angustias primarias, sino que a su vez de poder realizarlo implicaría una identificación introyectiva con esos elementos, es decir, un proceso que implicaría necesariamente una operación regresiva, al menos al principio para el sujeto (Jung solía decirles regresiones progresivas), pero que conforme avanza el tiempo permiten reestructurar el apronte yoico frente a la angustia, permitiendo progresivamente una estructuración del yo frente a los contenidos de tipo superyoico, permitiendo progresivamente la reorientación del instinto, es decir, la versión hacia el medio circundante, como expresión final de una concatenación de sí mismo, con la Imago expulsada, cosa que es usual en los procesos de Duelo.

Pero sucede en raras ocasiones, siendo mas típico el suo de la negación negación y la afirmación déficit, como inversión del proceso cenestopático: Así ciertas ideas delirantes pueden consolidarse a partir de la inversión del proceso cenestésico, es decir, que la persona no lo vivencia como un hecho positivo, sino que lo sistematiza de forma negativa (como una falta de, o un sentimiento de déficit). En el síndrome de Cotard donde la persona niega partes de su cuerpo, o bien, de su persona (“no existo”; “no moriré jamás”; no tengo un cuerpo de verdad”) y el delirio de infestación donde cree que se está pudriendo por dentro, en el fondo opera dentro de esto un profundo sentimiento de autoculpablidad Progresivamente entonces opera en estos psicópatas un proceso de despersonalización signado en parte por la profunda introversión, que se logra por la reconcentración (facilitación por la vía, es decir por la fase oral), ante lo cual a los procesos cenestopáticos agrega un sentimiento de tristeza más marcado, esto fue desde el principio operativo por la fijeza de las ideas a una corriente displacentera, pero conforme avanza el cuadro es la vía regia por medio de la cual crece el sentimiento de desconexión con el mundo: “el melancólico está triste porque sí”. Así pasa a ser normal, que se sienta triste, la tristeza pasa a ser un hábito, y luego un modo de vida. Así se empieza a hacer visible quien opera detrás de yo, no es ello, es el alter ego: por medio de la auto culpabilidad y la autopunición. Así la persona fue introyectando su vivencia de displacer como algo propio, luego piensa que es su culpa: que todo lo que le sucede es por su pereza, en otras palabras, no piensan que es un problema psiquiátrico; esto lo lleva a que el problema se transforme en algo crónico, pues jamás consultan dado que adjudican todo su pesar a una realidad que ellos mismos crean: abandonos, guerras, la economía o y especialmente un sentimiento de que nacieron para estar en soledad. Esto es lo que explica el punto en cuestión a mi modo de entender en las hermanas Papin una marcada tendencia al acto. Así el melancólico puede pasar al acto en forma casi impredecible, o bien, puede ser el producto de un plan sumamente planificado, que lleva desde automutilaciones e  avatar1 intentos de suicidios al suicidio consumado (es uno de los cuadros de mayor riesgo de suicidabilidad) La forma mas grave de este trastorno es el crimen altrurista, el paciente se cansa de hacer sufrir a los suyos por lo que decide matarlos dado que ya no los distingue de sí mismo, luego de ello, decide darse muerte por sentimiento de autoculpabilidad. Por eso es que lajames-camerons hermanas PAPIN no son un caso de foliux a deux que se pueda explicar por operación de la paranoia, por una simple razón que Lacan olvida, en ellas no se genera un saber del Otro, sino una dependencia del otro: El Otro es quien determina si una plancha funciona, el Otro es quien determina si ellas realizaron sus tareas adecuadamente, el Otro es quien finalmente opera como transductor de su energía. Por otro lado uno podría decir para no dejar d ela la opinión de Lacan de que opera la paranoia, que eso también es cierto, pero sólo en un plano superficial de análisis: opera la paranoia porque prospera la disociación, porque cada vez es menor la tolerancia de esas dos almas a la angustia, porque en realidad cada vez es mayor la dependencia del Otro, en otras palabras, porque cada vez su posición esquizoparanoide es más marcada, en tanto niegan lo obvio: ellas no prosperarían, si hay algo de denuncia social en ellas es su tristeza, su tristeza por no ser mas que la sombra de lo que habían sido, por no ser mas que un chiste de un asesino, por no ser más que dos tristes locas que por sacrificar vicariamente su felicidad mataron al Otro porque no toleraron que la plancha no andará: extraña y delirante paradoja de nuestra frustración postmoderna, en donde la falta de sentido, valores y sosiegos constituye un no saber del otro, una melancolía que solo puede salvarse por un delirio, que no opera interpretativamente como un saber, sino cenestopáticamente como un bicho que carcome nuestro devenir.

saldanaavatar-17-11-09-kc ¿Depresión post-Avatar? De acuerdo con un artículo publicado por la versión digital de la cadena mundial de noticias CNN, la inmersión experimentada en la película parece haber sido demasiado real para algunos fans, quienes dicen que han experimentado depresión y pensamientos suicidas después de verla, por querer disfrutar de la belleza de Pandora. Titulado “Audiences experience Avatar blues”, el artículo de la CNN reseña las declaraciones emitidas por el administrador del foro, Philippe Baghdassarian, quien decidió abrir el tema «Ways to cope with the depression of the dream of Pandora being intangible», con el fin de que la gente publique sus sentimientos confusos acerca del filme y encuentre ayuda en las respuestas de otros internautas (http://edition.cnn.com/2010/SHOWBIZ/Movies/01/11/avatar.movie.blues/index.html – http://edition.cnn.com/2010/SHOWBIZ/Movies/01/11/avatar.movie.blues/index.html). Este fenómeno me paració interesane puesto que quienes lo mencionan paracen estar en un verdadero estado melancólico así el director del foro que reseña CNN artículo de la CNN reseña las declaraciones emitidas por el administrador del foro, Philippe Baghdassarian, quien decidió abrir el tema «Ways to cope with the depression of the dream of Pandora being intangible», con el fin de que la gente publique sus sentimientos confusos acerca del filme y encuentre ayuda en las respuestas de otros internautas. Así el dice En el caso del fenómeno Avatar, Baghdassarian refiere que la idea de “estar viviendo en un mundo completamente diferente” parece haber ocasionado que muchos espectadores se sintieran deprimidos. Ése es el caso de Ivar Hill (alias Eltu),

quien explica en el foro cómo se sintió la mañana siguiente

después de ver la película:“Era como si toda mi vida, todo lo que he hecho y trabajado, perdiera su significado. Todo parecía no tener sentido. Todavía no veo ninguna razón para seguir haciendo las cosas, en absoluto. Se puede decir que mi depresión era doble: estaba deprimido porque realmente quería vivir en Pandora, que parecía un lugar tan perfecto, pero también estaba disgustado con la visión de nuestro mundo y lo que hemos hecho de la Tierra. Yo quería escapar de la realidad». Ahora resulta que la Ilustre CNN, quien postuló la maldad de muchas civilizaciones, nos avisa de la maldad de una civilización imaginaria: ¿No es este el colmo de una sociedad melancólica, introversa e insobornable? En fin lo dejo para otro capítulo…..un mundo por venir bueno o malo es mejor, la verdad que no fascinó Avatar (será porque no la vi en 3D posible explicación de la CNN para este fenómeno melancólico, el experimentar un mundo que no puedo tener…anteojitos 3D y películas de vaqueros??? JAJA….en fin….como quiera que sea, parace que Avatar es un avatar que llego para quedarse….Cameron es un artista avant garde sin duda!)

Esto me hace acordar una frase de Freud (para no entrar en el prototipo de alguna caja de Pandora en su vida, que lo dejo para otro día

“Los sentimientos de ‘amor y temor de dios’ no tienen su origen en dios, si no en los seres humanos. Son sentimientos de frustración dirigidos por el hombre a un ser imaginario que pretende sea su padre..

Sigmund Freud

 

Publicado May 18, 2010 por gabrieldaruich en Psiquiatría Clínica

La Imidorthymia el secreto de tus tristes ojos   Leave a comment

2ylkaqb Por cuestiones operativas solo voy a citar el ya mencionado Tratado de la Melancolía de Robert Burton, a él le dedicamos muchos comentarios, pero este es un blog poco concurrido así que de buscar testigos solo encontraríamos pobres cómplices. Pero si se me permite voy a hacer un salto de fe, una pequeña re ubicación de esta visión, nos remitiremos a una forma de estudiar la melancolía ahora que dejamos la paranoia, eventualmente, como siempre lo hace este blog trotamundos….salta, vuela, pero con un hilo….Kretshmer en su libro constitución y carácter (1921) se enfoca en una gigantesca investigación (hoy hablaríamos de una n=52.954) para poder delimitar lo que el entiende por los conceptos básicos de constitución, temperamento y carácter. Así la constitución seria el conjunto de elementos heredaros, mientras que el carácter sería la totalidad de las posibilidades surgidas en el curso de ir y venir vital. Finalmente el temperamento sería el conjunto de elementos que vacilan entre la constitución normal, en tanto que pueden oscilar marginalmente a una configuración pre mórbida: “las psicosis no constituyen sino la culminación de grupos de individuos sanos…las formas de transición entre sano y enfermo….pueden calificarse de cicloides…la constitución ciclotímico ha de tenerse en cuenta que no constituye una oscilación entre sano y enfermo, sino que distingue la constitución de grandes biotipos generales” (Kretshmer, 1947). No vamos a entrar demasiado en la obra de Kretshmer hoy, pero la idea es ver esta constitución de biotipos que constituyen formas pre mórbidas, cicloides, que pueden evolucionar a la psicosis.350px-Edgar_Degas-_Melancholy Así en este sentido podemos destacar para empezar a Hubert Tellenbach (1914 -), asociado profesor y jefe del departamento de la psicopatología clínica de Heidelberg, quien postuló en su libro Melancholie (1961) que hay un cierto «tipus melancólico» de carácter que se predispone a oficiar como una expresión de la clínica melancolía. Su principal característica es una constelación altamente desarrollada del sentido del orden (Ordentlichkeit) que conduce «excepcionalmente a exigencias elevadas en relación con los propios logros «. Tellenbach nos alerta:» El melancólico es un individuo que quiere lograr mucho, ya que lo logran regularmTim_Burton_Fans_by_TimBurton_fansente. Pero él quiere mantener sus logros a un nivel que es a la vez un techo: «Por lo tanto, el melancólico se interesa sólo en lo posible, así mientras que cualquier otra cosa «que podría aparecer, nunca es posible incluso aspirar a ella, pues el solo se limita a mantener su sentido del orden Esta es probablemente la razón por la que estos tipos casi nunca alcanzan una alta posición social «(pp. 53-54). En definitiva su predisposición a mantener un sentido del orden, que incluye aplicación, formalidad, conciencia del orden y escrúpulos marcados definen un endotipo que se predispone a depresiones cíclicas puesto que este orden y rigidez producen un desmedro de la cantidad de  información que puede procesar, en consecuencia ante este desmedro, se produce un quiebre, así un input de información aumenta, en el que el individuo se ve de yecto a aumentar su minuciosidad en desmedro de su exactitud., en consecuencia el aumento de la auto exigencia, genera mecanismos de auto punición supra yoicos que generan una depresión. En consecuencia para aliviar estos sentimientos auto punitivos es probable que el tipus melancólicus genere vínculos simbióticos que permitan aliviar la carga por su estrechez, de manera que la ansiedad de abandono en las relaciones interpersonales es el otro puerto de entrada a la depresión. Así el tipus melancólicus en mi opinión no solo se define como dice Telembach por su ordinalidad, sino también, por su Imidotimia (Shimoda, 1941), vale decir, por su apego a las normas y la constitución rígida de vínculos, cuya fragilidad se expone ante el exceso, la liberalidad y la bipolaridad. Con esto no quiero decir que todos los melancólicos sea imidotímicos, no por Dios!.

el-secreto-de-sus-ojos_grande Lo que quiero decir es que algunos de ellos son la expresión final de un tipus, es decir el punto de clive a la constitución unipolar (Van Zersen, 1976). Constitución que amedrenta con quebrantarse ante un espanto, una esquicia o un halo de libertad. Creo que Telembach describe algo que vimos y veremos, algo que por ordinal y pulcro debemos preservar, como pre mórbido: el hombre que solo se deprime, que tan solo aspira a mantener un orden, un imperativo categórico a priori: ¿Pero es posible? ¿ Existe un imperativo a priori posteriori como decía Kant? ¿ Acaso no estamos enterrados en una ontología del ocaso?

El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, está inspirada en la novela La pregunta de sus ojos, de Eduardo Sacheri. A la pareja protagónica, formada por Ricardo Darín y Soledad Villamil, se les suman en otros papeles destacados Guillermo Francella (como compañero del personaje de Darín en el juzgado) y Pablo Rago (como viudo de una joven mujer violada y asesinada en 1974). Benjamín Espósito, secretario de un Juzgado de Instrucción de la Ciudad de Buenos Aires, está a punto de retirarse y decide escribir una novela basada en un caso que lo conmovió treinta añosn322002047262_8212 antes, del cual fue testigo y protagonista. Su obsesión con el brutal asesinato ocurrido en 1975 lo lleva a revivir aquellos años, trayendo al presente no sólo la violencia del crimen y de su perpetrador, sino también una profunda historia de amor con su compañera de trabajo, a quien ha deseado y amado fervorosamente y en silencio durante años. La novela que escribe Espósito nos hace recorrer los años 70, cuando en Argentina se vivían épocas turbulentas, el aire estaba enrarecido y nada era necesariamente lo que parecía ser.

Sin embargo nos parece central para nuestro estudio del tipus menlacólicus centrarnos en Pablo Sandoval el empleado del juzgado que se debate ente el “yo no fui”, y la constitución esencial y petulante que esconde su Dasein quien se aleja del personaje y nos adentra al actor (quien al recibir el óscar, mencionó un rasgo anal marcado, al invitar a quienes no apostaban a comerla!!), pero acaso eso no es el endotímico, un actor, un personaje que actúa “como sí” tuviera un guión secundario, pero que en esencia es el corazón de lo que se repite en la película: la desidia de tribunales, la invitación permanente al desacato y el desafío, expedientes marcados, idas y venidas….en definitiva un exasperado nunca cambia, esto sigue igual: no por lo político, no por lo social, sino por la endotimia contagiosa que en realidad se extiende a todos. Si Pablo Sandoval resulta desafiante es porqué funciona “como sí” fuera un muñeco, una caricatura que excede el personaje y toma al actor de lo que todos somos y lo que todos son: paginas, expedientes, archivos, remitos, despachos, perdiciones de tiempo y encuentros infortunados….en una soledad que atraviesa no solo al ser en sí sino a la contextualidad endotímica cuando es arrasada por el suceder de lo que devine, por un nuevo caso que rompe el paradigma de “quédate en el molde”: ir a mas, pelear por algo perdido….¿ética que se esconde detrás del chanta? ¿O rectitud de un hombre cansado tras tanto devenir? Para mí un rol de la defensa del endotímico ante la constitución bipolar del otro, una forma de quejarse de lo que lo puede desarmar, ordenar y componer a ultranzas, así que cobra vida en su mundo desafectivizado de tinteros, manchas y archivos.

Publicado May 4, 2010 por gabrieldaruich en Psiquiatría Clínica

Los sentimentales en el teatro: Los neuróticos en las gradas de Montherlant   Leave a comment

tablas Los sujetos llamados emocionales son presa sin duda de alguna manera de los sentimientos que representan. Es al análisis a quien le corresponde descubrirlos. Pero es indudable que no tienen una verdadera vivencia de esos sentimientos y que los representan como si intentaran recobrarlos. Así, representan dramáticamente el amor, los celos, el honor ultrajado, pero también el duelo o el júbilo, porque se defienden contra la insuficiencia de lo que sienten, contra la sensación de su propia nada. Hasta se ha llegado, alguna vez, a propósito de esta insensibilidad con que se recubre la comedia de los sentimentales…Los clínicos no olvidan nunca, sin duda, que debe existir en alguna parte una diferencia radical entre este «teatro de la neurosis» y el de la escena, y en la literatura psiquiátrica se ha intentado alguna vez situarla. Pero se diría que se redujo a oposiciones puramente médicas, que siempre terminan por separar las categorías de lo «sano» y lo «morboso» por medio de algún procedimiento puramente diagnóstico, que difícilmente podría satisfacernos. Nada más fácil que hacer notar que el actor no es generalmente histérico y, a la inversa, que cuando estas dos características coinciden en un mismo sujeto, no es de manera tan simple, puesto que puede verse que una misma persona es un buen actor en el escenario y que en su vida privada presenta síntomas de neurosis: es decir que se identifica, como comediante, con su personaje, según las leyes de la técnica teatral, y fuera de la escena, se identifica con uno u otro actor, modelo o rival, según las leyes de la neurosis. La diferencia es sin embargo bien sencilla. El papel histriónico (el histrionismo es un aspecto de ciertas conductas histéricas) no es reconocido ni considerado como papel de la misma manera que en el teatro. Es propuesto como realidad por el sujeto. Y aunque aquí tropezamos ya con dificultades oscuras en extremo, podemos decir que la ilusión en la que la neurosis se extravía no tiene nada en común con la «ilusión cómica», que desde el comienzo es una ilusión donde nadie debe ser engañado; esta ilusión solicita nuestra complicidad, pero en tanto espectadores, y no tiene nada en común con el desconocimiento, o la credulidad. Bien podría interpretarse todo un aspecto de las concepciones y la obra teatral de Pirandello como una tentativa de explotar las semejanzas del juego del actor con el histrionismo, a partir del sofisma de que si los autores interpretan papeles, las personas «reales», en la vida, hacen otro tanto, puesto que siempre se ciegan, más o menos, e intentan cegar a los demás, sobre sus verdaderas pretensiones. Pero Pirandello escribe para el teatro, donde, precisamente, esa clase de ceguera es en cierto modo denunciada por anticipado. Nos ayuda a recordar que el actor puede olvidar las convenciones teatrales por su pretensión de aspirar a algo que concierne a su persona «real», ythumbnailCARDKA5R que podría expresar así: «Es verdad qué yo no soy el rey: lo encarno. Pero al encarnarlo quiero mostrarles lo que soy: un buen actor». Sabemos hasta qué punto una actitud como esta tiende a arruinar algo fundamental, algo constitutivo del juego teatral. Y se advierte al mismo tiempo que si lo teatral espontáneo de la neurosis interfiere con el teatro institucionalizado, no se debe a la identificación con el personaje sino con el actor. Es cierto que la relación del actor con su personaje es compleja. La confusión llega a su colmo, pero es reveladora, en esas imitaciones en las que un actor encarna a otro actor. Broma de calidad dudosa pero que a veces se pone en escena.

Ya Coleridge, en una nota que cita Manonni, con un vocabulario que no es más el nuestro, intentaba rendir cuenta de ello atribuyendo a Shakespeare ‑y esto no solo es válido para los autores sino también para los actores‑ lo que él denominaba el yo representativo. «Cuánto me gustaría ‑decía‑, cuando estoy solo conmigo mismo, hablar como rey, en la forma en que uno puede hacerse el soberbio en los sueños». Coleridge sobreentendía que el teatro no compromete de esa manera, no interesa el «verdadero yo» sino tan solo el yo representativo. Es decir que en el teatro los papeles se dan por lo que son, y que ni los actores ni los autores comprometen de sí mismos en esos papeles más que su imaginación como tal. En cuanto a nosotros, diríamos que lo que acontece en el escenario está negado de una manera que es propia del teatro. Que el teatro, en cuanto institución, funciona como un símbolo original de negación (Verneinung) merced al cual lo que es representado lo mas posible como verdadero es al mismo tiempo presentado como falso, sin que pueda admitirse ninguna especie de duda. Es esta negación la que hace que nuestra capacidad de ilusión se sienta fuertemente solicitada, pero también que sea mantenida en su lugar, y que no haya ninguna ilusión. Si un Pirandello, por lo menos en apariencia, trata de hacernos creer que en el teatro la ilusión lo es todo (y agrega: ¡como en la vida!) un Brecht nos revela el carácter inesencial de la ilusión.
Las relaciones de estos hiper emotivos con la representación teatral no quedan por cierto totalmente elucidadas en virtud de estas distinciones. Los espectadores bien «defendidos» contra sus propias tentaciones histriónicas se asombran de los aplausos que inevitablemente estallan después de un parlamento representado en forma declamatoria y que ellos estarían dispuestos a juzgar poco «natural». Es que ellos no tienen en cuenta, precisamente, esas tentaciones que hacen que el público pueda manoniiaprobar al actor que hace algo más que representar a su personaje, cuando declama en la forma en que el espectador desearía, pero no se atreve, representar y declamar las pasiones que no tiene. Esto nos indica que nunca el actor desaparece detrás del personaje, que no debe aspirar demasiado a ello, que los papeles llamados de composición son a menudo de segundo orden; en una palabra, que se va al teatro para ver representar, y que en los espectadores hay identificación con el actor como actor y a la vez con el personaje, en una combinación original que es privativa del teatro y que no se presenta en las otras formas de espectáculo.
En el dominio propiamente patológico, se da el caso de que un actor quede poseído por su personaje y pase del juego al delirio para actuar en la vida tal como

 

representaba en la escena. Tales hechos indican a la vez que hay cierto parentesco entre el juego y la locura, al mismo tiempo que una diferencia radical. Se podría decír, en presencia de tales casos, que el papel no ha resistido, que no ha podido quedar confinado en su función intrínseca, que era la de acentuar el carácter imaginario del fantasma. Por lo demás, dudamos en decir si el actor ha tomado la vida por imaginaria o el teatro por real, y esta duda es plenamente significativa.En Le Cardinal d’Espagne, de Montherlant, Juana la Loca no tiene otro cometido que el de ataviar con el ropaje del misterio y los prestigios de la locura el aspecto paradojal de su cordura. Otras veces, no son tanto las paradojas de la cordura cuanto las de la verdad las que los locos tienen la misión de presentarmos, ya sea porque son más valientes frente a los otros o ante sí mismos, o porque tienen menos responsabilidades. Reconozco que esta obra me descolló, la vi apenas al pasar un fin de semana, sin ningún tipo de pudor ni vergüenza privativa, así, sin paliativos, me las trajo dificil. Simplemente me resbala, pero a la vez me choca: la tenencia del poder, la creencia oscura de que se es alguien especial, la sucesión como una eterna herencia….Juana es por un lado una mujer segura siempre, con aguda inteligencia, además sabe que la ven hermosa; pero ese reflejo solo amerita en sí una fidelidad pobre, una fidelidad a sí misma, o al menos, eso es lo que cree. En consecuencia así luchará por ello, hasta el fin de sus días, por ser fiel a una visión del Otro, que se sustenta en realidad en la pulsión escópica de su propia constricción imaginaria: Juana la loca? Juana pobre, la del retrato….Juana sueña en el espejo como en una obra de Lewis Carrol. Para Juana no amerita tanto temor usar su sexualidad para atraer a Felipe: pues en tanto y cuanto lo pueda seducir, todo vale por felipe. No puede negar los celos que siente, inexplicable expresión de su incapacidad de amar a otro, ella puede seducirlo, pero solo puede amar a un Otro que no está allí; por otro lado así le gusta: que él se ponga celoso, queMontherlant el Capitán sirva de puente a todo un admirantasco de desconsolaciones y dependencias del Otro. Ella considera a Felipe como alguien valioso, pero el tema con Felipe, no está para Juana resuelto: ella le es infiel hasta la médula, la pobre es incorregible; pero otras se exalta y pierde el control; en esos momentos no le importa rebajarse a utilizar el vocabulario de cualquier verdulera. Es que en el fondo Juana está tan obsesionada con Felipe y sus correrías, que no presto la debida atención a sí misma, lo que expresa en los sentimientos de pérdida de su rol de madre. La pérdida continua de los lazos como familia por fuertes constricciones que no puede explicar, la eterna condena de una alexitimia emocional que jamás frenará, pero ahí está con ella; pero para ella su compensación a este sentimiento es un pensar en lo que hizo: lo que las mujeres de su clase nunca hicieron: denunciar el flojo amor de los hombres, celar al impostor, amamantar al hijo por el temor paranoide a perder la vitualla de admiración del Otro. Pobre juana ella cree en hacérselas pagar; pero en el fondo, en  toda la obra el tema de la deuda es una ironía para gente de números, tampoco felipe la pasa bien, pero el es más inconsciente de estos juegos, poco se da cuenta de que debería pagar, solo confirma lo que Juana quiere encontrar: un trato injusto, la imago de un padre perverso, la proyección de sus temores en un hijo rebosante de leche buena, y eso sí, un lugar para poder fantasear que Juana es otra, sus aposentos, un lugar para poder sentir que no es robada, un lugar donde todo es justo: «Un lugar donde su madre no ha muerto, y su marido (en francés: mari) no lo engaña (es decir: se leurrer, que quiere decir ambiguamente también confundirse), es decir, un reino donde no se admiten tiranos, nui confusiones, donde ser rey no implica ocupar el lugar del Otro. Esa es la magia de Montherlant a mi parecer, en esta modesta obra que por ello no debe dejar de ser analizada.

Publicado abril 13, 2010 por gabrieldaruich en Psiquiatría Clínica

Jarpers, Kraeplin y Freud: tres genios, de una patología a varias formas de pensar   Leave a comment

 

Jaspes implica a los “celos patológico” como un desarrollo que explica el proceso (1910). En un principio
el artículo en el Periódico de Neurología  y Psiquiatría Combinada( gesamte  und de Neurologie Psychiatrie) en 1910,  Karl Jaspers define a los celos delirantes  (Eifersuchtswahn) como el resultado de un desarrollo lento dentro de la personalidad del paciente. Pues en lugar de la erupción inexplicable súbita de una psicosis, se daba lo que el denominaba un proceso. Esto claramente definió posteriormente tipos de desarrollo separado de su sistemas delirante, por lo que  de “el proceso” a diferencia de las enfermedades como esquizofrenia . mas teoría no!!!
La paranoia se volvió así más un tipo de desorden de personalidad que una enfermedad del cerebro patológica.
“Usted puede reconstruir la vida entera de un paciente en base a un rasgo de personalidad,” tal como Jaspes dijo (pág.612).

La visión de Freud acerca de la paranoia: un esboso (1911).
Para Freud, la distinción entre la psicosis y la neurosis nunca era del todo clara, pues su experiencia en el campo de las psicosis era limitado. Sin embargo, como es sabido, Freud compensaba muchas veces su falta de experiencia, con un gran genio analógico. Para Él un pensamiento paranoico también podría ser neurótico en su naturaleza, pues en definitiva es una defensa, que a la luz de la teoría freudiana clásicao podría verse que se entrabala contra instintos agresivos, por lo que es mas una freud y sra-contracatexis contra los deseos homosexuales, que han recatectizado el plano consciente que por hallarse extremadamente sobrecargado, no soporta dicho regreso por lo que tambien  entendermos que es un proceso introversivo patológico. Donde la mente opta por el placer de proyectar el displacer, por desplazamiento, de manera que sean fuerzas sobrellevables. El ananálisis del caso de Daniel Paul Schreber(1842–1911), oficial judicial de alto rango en la corte Leipzig resulto importante, se trata en realidad de un estudio bilbiográfico: en base a un juez quien se se había puesto paranoico y había admitido a la clínica psiquiátrica de Profesor Paul Flechsig (1847–1929),
Freud articuló una teoría de paranoia como el retiro de líbido del mundo externo, esto usualmente se llama introversión, pero  Basado en Schreber quien había publicado la autobiografía: Memorias de un Paciente Nervioso ( eines de Denkwürdigkeiten Nervenkranken, 1903),
Freud defendió de lleno la teoría de la introversión como proceso fallido que implica una contracatexis a la persona mundo de los sentimientos patológicos en  el caso de Paranoia (la Demencia Paranoide) (“Psychoanalytische el Bemerkungen über einen beschriebenen autobiographica Paranoia”) publicado luego en el El anuario Psicoanalítico, y posteriormente, en la prestigiosa revista Psychopathological Research (Jahrbuch für psychoanalytische: psychopathologische und Forschungen) que explicaba el proseso que se daba cuando era – por ejemplo el caso- de que  la líbido se retira de los objetos externos y ha inflado el ego más allá (de un principio de constancia: ergo de una tonica de placer siguiendo a Fechner). La paranoia es por contracatexis eventuales, que por la reestructurada de su pique no alcanzan a reparar la vuelta hacia sí de la energía. En la paranoia, el desarrollo sexual del niño regresa en base a  una  fijación” en alguna parte entre el autoritarismo y narcisismo: según Fenichell sería en el mismo núcleo del yo, que no es otro que el soma y su representación directa
Freud concluyó el ensayo apuntando
por  esto que  “las neurosis se levantan básicamente del conflicto del ego con el paso de la libido a los objetos, y eso
sus vaLucian Freud . diario clarinrios  estadios retienen la impresión marca de la historia de desarrollo de la líbido y del ego” (Gesammelte Werke, VIII, pág. 316). (Algunos observadores creen, sin embargo, eso Schreber estaba padeciendo de neurosiflis en su lugar, lo cual de todos modos, no desacreditaría en nada la teoría psicoanalítica que se constituye en base a estratos). Pedimos disculpas si la descripción es somera, y por desconocimiento, algunos términos se precipitan quienes quieran leer un  buen analisis del caso, recomendamos el capítulo de psicosis del libro de Fenichel.
La paranoia en el trabajo de Kraepelin (de 1893). Nace con la cuarta edición de su  Psiquiatría de libro de texto (Psychiatrie), publicó en 1893- Emil Kraepelin es innovador pues empieza pensando donde los otros diagnóstico empezaron, pero poco después su llegada en Heidelberg. En esta edición, él distinguió dos tipos de paranoia:
(1)  Verrücktheit (la Paranoia),” qué es entendido como un “el sistema delirante durable en la presencia de una personalidad intacta” teniendo una prognosis relativamente desfavorable. (Verrücktheit se traduce en inglés como “la locura”
pero Kraepelin lo quiso decir más en el sentido de dislocación de la vida de un paciente como resultado de
las ideas locas que esgrime: algo así como una desviación de la media significativa, o en algunos parrafos, lo mezcla con la patología circular.
(2) cambió “la demencia paranoide” a un subforma de demencia precoz (la posterior esquizofrenia de Bleuler)

Kretschmer "los delirios sensitivos de referencia" (1918). El libro de KretschmerLos engaños de Referencia: Una Contribución a la Pregunta de Paranoia y a la Doctrina del Carácter en la Psiquiatría (Der Beziehungswahn sensiblelagen: das ein dazr zur Beitrag el und de Panaroiafrage

 

La escuela americana: Lange el otro discipulo de Kraepelin

En la novena edición del libro de texto de Kraepelin (publicó póstumamente en 1927), su editor Johannes Lange (1891–1938), psiquiatra y personal de la Investigación Psiquiátrica alemana de KraepelinInstituto de Munich (conocido como el DFA), dijo que las parafrenias se han hecho parte de esquizofrenia paranoica, esto fue, en parte después de que la investigación de Wilhelm Mayer publicó en el für de Zentralblatt Neurologie en 1921: En adelante se tomo este criterio en base a los resultados pobres de estos pacientes. (Mayer practicó la psiquiatría en Munich y se asoció con la "DFA ebcause" donde él incluye vió desórdenes afectivos y alucinatorios dentro de patologías como la paranoia: otro punto que poco quedo claro, fue en posteriores ediciones este hecho.. Por otro lado Kraepelin acuñó Lange !el término " demencia paranoide" y lo clasificó entre el "los procesos psíquicos de degeneración," para caracterizar los pacientes con un caudal ideativo empobrecido en donde la elaboración era muy precaria como para pensar en desarrollos, ergo en lugar de sistemas delirantes ordenados se percató de que se hunden rápidamente en la demencia; De hecho, como bien explica Lange, en la clave quinta edición en 1896 no cambió esto aún cuando en la practiva se podía diagnostica el proceso, al percatarse del caudal ideativo, en la practica poco se querían poner el gorro. Los cambiado a las categorías de la enfermedad más grandes: Los paranoides se habían vuelto un deterioro que poco valía distinguir, a su experiencia practica vale decir a la luz de la utiilización del manual; y con el Verrücktheit –

La paranoia se había asignado a la clase de "las enfermedades hereditarias" (el aus de Geistesstörungen

el krankhafter Veranlagung l psychiatrischen del zur Charakterlehre) pues una parte del grupo de Kreapeling estaba interesado en un caso que presento un tal Dr. Gaupp está enseñando a Tübingen, donde Ernst Kretschmer estaba en el personal. con lo que se salta a Los engaños de referencia [1918] que luego tomaremos.

La paranoia se coloca el Diagnóstico y el Manual Estadístico (DSM) del americano Psiquiátrico de la APA

(después de las 1952). El primer volumen de DSM en 1952 era notable en lo extenso, haciendo uso de muchas enfermedades psiquiátricas y de "las reacciones" de varios tipos. En el DSM-II en 1968 mantuvieron la esquizofrenia paranoica de DSM-yo y el paranoico de las reacciones,sensitica pero los llamó "los estados paranoicos": "la paranoia" era un estado. En el DSM-III (1980) poco se cambió en la paranoia. Pero el restro había lde estar en a esquizofrenia: " tipo paranoico," y

los entonces "los desórdenes paranoicos."(una vez conocido como el deux de à de folie); un tercio era "el desorden paranoico agudo" de ataque rápido a menudo

bajo la tensión. que a fines de los 80 era moneda corriente. Esta edición admitió, como antes de, "el desorden de personalidad paranoide" afienzado en el DSM-III-R en 1987 por una innovación considerable vio.

(1) el desorden paranoico compartido "en un desorden sicópatico inducido."

(2) Aunque la esquizofrenia: el tipo paranoico era la moneda. Aún se dejo espacio a la erotomanía, y la folie a deuxs.

Publicado enero 9, 2008 por gabrieldaruich en Psiquiatría Clínica

De la foliex a deux al dasein autorreferencial (Paranoias primera parte)   Leave a comment

La paranoia significa una creencia falsa en base a un a idea fija que se halla formado el razonamiento lógico (haciéndolo distinto de la esquizofrenia, donde la falla es menos severa como veremos); aparte de eso el sistema delusional de estos  pacientes es "por convención" absolutamente normal en cada uno de los otros respeto. En el decimoctavo siglo, el término griego “la paranoia” había aparecido de vez en cuando en las discusiones psiquiátricas. Fue recién en el decimonoveno siglo cuando se hace un uso secular con un término parecido: El término “el engaño” es un sinónimo para la paranoia como veremos. Quien hace una primera disquisición fue Heinroth quien llama a la paranoia un desorden de intelecto (1818). En su libro de texto de Perturbaciones de Vida Mental ( Lehrbuch der Störungen des Seelenlebens) entiende las paranoia como desordenes del intelecto con un  sentimiento encapsulado y una volición dificultosa. Él dijo de “la locura es de la demencia, lo que la paranoia del éctasis” frase famosa por entonces, continúa diciendo entonces:

“Los síntomas de pura locura son asociados con la perversión de conceptos y juicio.. . . La enfermedad ha ganado el realizar una oscilación por encima del intelecto y la imaginación del paciente. . . . El campo de locura se estrecha y la conciencia es reducida, y como resultado se produce una alteración del juicio. . . . La intervención del intelecto produce la conciencia parcial de lo ocurre.” (pág. 155 de la traducción inglesa de George Mora).
esquirol

Todavía, a lo largo de todo el decimonono siglo, el síndrome era solo una insulsa sombra que estaba martillándose en el lugar. Por lo que el término “la paranoia” no se usó. (Las expresiones preferidas por este blog son: para la psicosis delusional , el engaño había estado en la literatura anglosajona citado, aunque no citamos acá remitimos a los delirios crónicos francés que dan lugar al grupo delires en francés, y Verrücktheit en alemán; hemos buscado alguna descripción italiana de la escuelas de la epoca, mas no hemos dado con alguna)
Fue para destino y casualidad, el héroe subrepticio del blog, Esquirol quien describe “la monomanía intelectual” (1838). Entre los hitos mayores en la formación
de la doctrina moderna de paranoia es Étienne Esquirol con su “la monomanía intelectual” (monomanía asonante) quien por primera vez ha discutido ya en 1838 en su libro de texto las enfermedades mentales. Para Esquirol, los pacientes con este tipo de monomanía parecen haber derivado
sus sistematizaciones de un contenido delusional previo al que ha llegado por camino de un razonamiento lógico;

"ellos parecen normales por otra parte. …Allí está el monomaniacos que no parecen dementes la luz de su ideación… pues las ideas retienen sus asociaciones naturales y quien razona es lógico, a la vez que su discurso coherente [le suivis], a menudo resulta vivaz y lleno de espíritu. Pero las acciones de estos pacientes son contrarias a sus emociones, a su mismo-interés y a la moral social (suponemos que se refiere a la moral parisiense). . . . Sin embargo lo irracional de sus acciones podrían hacer que estos monomaniacos siempre tengan los argumentos más creíbles para justificarlos, en la manera que uno podría decir de ellos ellos son los locos racionales (" les folies raisonnables)” (Las enfermedades mentales, II, el pp. 49–50).

scienceshumanesLa definición de Esquirol realmente es el principio que pavimenta la piedra en la doctrina moderna de paranoia. Posteriormente podemos citar la noción de Griesinger que los engaños representan un “parcial” de los remanentes de la locura(1845). Wilhelm Griesinger sugirió en  1845 para su libro de texto, La Patologías y Terapias de las Enfermedades Mentales (Die Pathologie und Therapie der psychischen Krankheiten):  el concepto de “la locura parcial” (die partielle Verrücktheit) como una continuación del concepto de totalidad que se encontraba con la locura.

“Nosotros entendemos aquí que la insanía parcial es una forma secundario de locura dónde incluso después de una reducción significante. . . del original patológico afecto solo escasos pacientes no se han recuperado, pero el resto de los enfermos, continua exhibiendo las ideas delirante fijas del mismo tipos tras posteriores episodios. que de henuestra señora de paricho son cuidadosamente cultivados (supongo que es lo que hoy entendemos como sistematizados: A vuestra chantez!!!), y esta impresión se repite de nuevo y de nuevo;por lo que siempre el delirio es una formulación que debe se secundario de enfermedad, y que se ve al levantándose de su melancolía o manía" (pág. 258). Griesinger dio como un ejemplo de tal contenido de  pensamiento de tipo delusional y fijo, "Un pacientes se creen perseg uido,  rodeado por los guardias de la plaza mayor, y se lo torturó con electricidad por los enemigos confidenciales, al preguntarse por sus enemigos, nos advirtió de que era amenazado por  Franco masones, a su vez estaba poseído por el diablo y finalmente su destino era el tormento eterno, por lo que robó de su más estimada posesión…." (pág. 262). Reviste importancia el concepto de insanía parcial, pues la partial insanity, es de vital importancia en la literatura anglosajona como luego veremos.

Los delirio de persecución (1852). Ernest-Charles Lasègue introdujo al francés en los populares archivos de la "encicplopedie medicalle legale" que actualmnte todavía se edita. De hecho fue la primera vez que un termino psiquiatrico utilizó este medio con tanto éxito,  fue así que La idea que los engaños paranoicos (les délires persécutions) constituyó una enfermedad separado de otro tipo de locuras. El término en francés “le délire” puede traducirse como el engaño, delirio, o psicosis empederniendo del contexto de ahí la doble ambigüedad: a la que se presta, si sumamos la previa citación anglosajona antes de 1771. De hecho  cuando Lasègue estudió a sus predecesores abona en particular por  la teoría de Griesinger),

“Bajo esta etiqueta común de locura (la aliénation), se han agrupado las formulaciones  más disímiles de toda la patología
por lo que se  confundió en una unidad falsa a todo un gran conjunto de patologías” (pág. 129). De hecho el autor aplaudió los esfuerzos para separar con la siguiente frase (aplaudir como un expresión, no lo sentimos, ni tenemos grabaciones, pero dice…“generalizado la locura” (généraux del délires)  se va afectando todas las funciones mentales… de lo que “la locura parcial( délires parciels), han dejado mucho del reino de lo intelectual sin un estudio..se propone  como una entidad de la locura parcial el delirio de persecución" (delires persécutions) (pág. 133).

Este uso de “déliSenare” significará que las "creencias delirantes fijas" se volvieran una clave para entender la psiquiatría hasta incluso hoy como hemos visto previamente al analizar algunos casos en secciones previas del blog.Kahlbaum. El otro problema que nosotros hemos omitido: es el uso de lo delusivo; esto no dejo de ser un problema a saber, pues traducir del ingles "delusions" ,  no necesariamente lleva a lo "delusivo“ solo lo hacemos para facilitar la lectura; por lo que esto viene al caso porque Khalbaum quien no estaba para cuentos, quería "solucionar el tema de cuajes" y propuso el termino  "diastrephia.” (“la Paranoia”  usado para “las perturbaciones en la esfera de inteligencia, Gruppirung,” pág. 96.) 
Kahlbaum observó en su Clasificación de Enfermedades Mentales de 1863 que en las "diastrephias" a los pacientes cuyas personalidades  no deterioraron, como si se daba en la Vesania (para el autor una forma de  locura completa, posteriormente se lo encuentra como la dementización del maniaco depresivo)…y por ende….que pudieran pasar por otra por una vida absolutamente normal salvo por la  “exquisitamente parcial naturaleza” de su desorden mental de base, quien no lo consideraba secundario a otro problema a diferencia de Giessieger.

Mendel restaura el término “la paranoia” (1883). En una conferencia La sociedad Psiquiatrica de Bevino kahlbaumrlin formula “la paranoia secundaria” que en 1884 publicó en Der für  Archiv Psychiatrie, pp. 289–290),  Por lo que en Berlín el psiquiatra Emanuel Mendel (ya conocido hacia 1907) propuso un el reavivamiento del término más viejo “la paranoia.” Como un “elemento secundario” que se da por la complicación de una melancolía,

"el paciente paranoico atribuyó la falta al mundo circundante en lugar de negarlo como en a melancolía, lo hacía él."

hoch Para una reunión en 1890, Mendel estaba bastante indignado con la atención que despertó su termino en autores como Karl Wilhelm Werner (1858–1934),  psiquiatra en Stadt (Roda), por lo que anunció que él tenía sólo autenticidad en la distinción entre lo que él propuso llamar “la paranoia” y locura (Wahnsinn) (Allgemeine der für  Zeitschrift Psychiatrie, 1890, pág. 531). Werner había hecho para nosotros una interesante observación: " que los pacientes a menudo diagnostiqué con el término “Verrücktheit” (el uso discurso común de “la locura”)tenía luego una actitud ofensiva que podría ser un tipo de Paranoia….supongo que a los interesados deberíamos remitir a la historia de la locura de Michel Foucault….

Magnan “los delirios sistematizados crónicos desordenanados” ( le délire chronique à el systématique del évolution) (1886).

Valentin Magnan introdujo la noción de “los delirios sistematizados crónicos desordenados” en 1886 en una conferencia al Médico  para La Sociedad psicológica de París, definiendo como un tipo crónico de desorden delirante bien-circunscrito que es constituido a través de cuatro fases a partir de un período de incubación: 1. las inquietudes y alucinaciones, 2. la persecución,3. la grandeza maníaca, 4. la demencia o vesanía.
Los delirios que ellos habían recopilado eran muy estructurados, merecían el adjetivo de “sistemático,” o “sistematizados.” En 1892 junto con su colega Paul Sérieux(1864–1947) contrastaron el “la locura del degenerate”— porel ejemplo la bouffée delirante—con "el delirio sistematizado crónico desordenado” pues era de tipo no degenerativo pero ligeramente predispuesto a cuadros de tipo parciales, que podrían llegar a comprometer el contenido ideático, y por ende, okjaspersbliterarle un tiento el curso del pensamiento, etc…. Por lo que De aquí en adelante en la tradición francesa propone que Magnan hace “el gran descubrimiento,” por lo que se prefirió usar siempre desde esa fecha al término “la paranoia.”
El delirio de interpretación ( Le délire d’interprétation) (1909). Alrededor de 1900, las visiones de Magnan sobre la degeneración empezado a dejar de usarse. Esto ocasionó que el pensamiento Parisiense se vuelve a ver el delirio como un desorden. En 1909, psiquiatras Sérieux y Capgras en su libro, la Locura Inteligente: Delusional Thinking ( Les folies raisonnantes: el d’interprétation de délire de le), enjambre éstosheideggerII
pequeños jalones en bloques más grande; de suerte que pudieran ser parte de una enfermedad psicopatía en las nuevas tierras en que la ausencia de alucinaciones y el fracaso para progresar a la demencia eran  los rasgos de diagnóstico importantes. En su momento, Paul Sérieux (1864–1947) era el psiquiatra principal al que acudía todo París, y Jean-Marie- Capgras (1873–1950) quien era su pequeña promesa, y director  del asilo de Masón-Blanche. Los dos eran alumnos de Magnan. Los autores definieron a los “delirios que piensan” ( d’interprétation del délire) como “razonamientos falsos que tiene como su el punto de partida en una sensación rea l, o un hecho preciso que. . . es incluidas forma erróneo a través de deducciones o inducciones,por lo que se  asume la importancia personal que tiene este contenido para  el paciente por lo que se entiende que ineludiblemente se compele a una falla en el período crítico del proceso inferencial en el que no se para relacionar todo a él elemento delirante” (pág. 3).Los delirios estaba a su vez sujetos a ser subclasificados en forma detallada en base a su objeto, o bien  si ellos se formaban en base a una noción en forma herméticamente dada o no. Por lo que está detrás del concepto es una descripción muy realista de los delirios que de hecho fue la formula, hasta que un estudiante de filosofía devenido en psiquiatra los analizara. Su nombre es Karl Jaspers, y no solo es conocido por su excelente libro de psiquiatría sino también por su variado conocimiento filosófico que incluye un libro sobre Nietzsche, y un trabajo psiquiátrico cumbre"la conciencia " en donde elabora en forma extensísima el pensamiento de existencialista como  Husserl, Sartre y Heidegger.

Publicado enero 8, 2008 por gabrieldaruich en Psiquiatría Clínica

De las psicopatías a las psicopatía…   Leave a comment

 

El término “el psicópata” nos remite al filósofo inglés Jeremy Bentham(1748–1832) quien en 1817 en su trabajo sobre el hedonismo, "Una mesada de las Primaveras de Acción" se describen las diferentes especies de placeres y dolores…

“La dinámica psicológica. . . tiene para su base la patología psicológica. El placer y exención del dolor fallan al ser consideradas por todas partes en el carácter de fines: el placer y dolor aquí en el carácter de los medios” (los Trabajos Reunido, pág. 8;).

Para otros escritores el origen se incluyó en realidad mediante las inferencias James C. Prichard sobre la “la locura moral” en su Tratado en la Locura (1835) pues ésta fue  la primera incorporación práctica del concepto de psicopatía, pero en realidad todavía, el término como Prichard lo usa es demasiado vago para calificar para esa distinción, y dista mucho de el que se usa en la actualidad.

Luego podemos mencionar al psiquiatra vienés Ernst quien escribe en el von Feuchtersleben (1806–1849),  de 1845 en un libro de texto de Sicología Médica (el der ah Lehrbuchel ärztlichen Seelenkunde) popularizándole en toda Alemania: el término “la psicopatía”. Ahora puede verse en el sentido de un constructo donde  una personalidad desordenada se asocia con un dinamismo impulso que tiene por eje evitar el dolor:

“Nosotros llamamos las psicopatías o los desórdenes de la personalidad [ oder  psicopatía Persönlichkeits-Krankheiten]. . .a esas condiciones compuestas en que la relación recíproca entre lo psíquico y lo físico está enferma de varios maneras, por lo cual  la personalidad empírica del individuo parece desordenado [das getrübt]” (pp.. 262–263).

Pero desde 1860 con Morel el psicópata se ve como un delincuente. Morel asoció popularmente a lo psicopático con  “las personas degeneradas” (él no usó el término “el psicópata” de hecho el creía su filogenia a una degeneración moral)

“Del punto de vista intelectual y moral, las influencias hereditarias de una perniciosa naturaleza. . . se convierten temprano en la tendencia enfermas que se expresa en conductas como la embriaguez,el suicidio, o bien el vagabundeo” (pág. 580).

 La teoría de degeneración de Morel: permitió que los delincuentes se volvieran cada vez más “los criminales natos.” En 1888, Julius Ludwig August Koch (1841–1908), director del asilo estatal a Zwiefalten en Württemberg, presentó en su Guía Breve a la Psiquiatría (Kurzgefasster al der  Leitfaden Psychiatrie; 1888) el concepto de lo que él llamó “las inferioridades morales del psicopata” (Psychopathische Minderwertigkeiten). Partiendo de aquéllos con “una psichopatía innata que tiende a la degeneración,” él dijo: “Estas criaturas bastante frecuentemente aparecen en las líneas del los mal-hacedores [Bösewichte]” (pág. 45).

Establecemos entonces una continuación en las escrituras de Cesare Lombroso y Eugen Bleuler en las que este tipo del psicópata influyó en generaciones de constructos sobre  la criminalidad y desorden del carácter. De hecho en 1896 el libro de Eugen Bleuler  El Criminal nato (geborene as Der Verbrecher), junto con las escrituras más tempranas de Lombroso en el Hombre Delictivo (1876) y la Mujer Delictiva (1893), crearon las oscuras figuras que se acercaban de forma furtiva a través de la vida; estas criaturas eran a su vez manejadas tanto por sus genes como por la pobreza y las condiciones sociales límites.

El concepto de las criaturas (los gemelos del goce). En 1929 en Munich,  el psiquiatra Johannes Lange (1891–1938) crea una  conceptualización para esclarecer mediante el estudio de  las  genética el origen de la  criminalidad en un libro titulado "el Crimen y su Destino". En él introduce los viejos acervos ya populares en el medio carcelario con la  información objetiva mediante la cual la conducta puede ser comprobada, no ya por la reciprocidad, sino por la contrastación de los estudios de Gemelos Delictivos ( als de Verbrechen Schicksal: Studien as kriminellen Zwillingen;traducido al inglés en 1930). Lange al respecto agrega:

“El biólogo, y más aun el doctor que tiene que tratar con el delincuente individual, no puede ayudar ver de nuevo y de nuevo el destino en el crimen, pues es más fuerte que el libre del individuo. Las tendencias naturales con las que uno nace , el mundo circundante en que él crece, son esencialmente el destino del psicópata”(pág. 21 de traducción inglesa).

Cuando  Mayer-Willi y coautores comentaron en su libro de texto, La Psiquiatría Clínica(1954) nos refieren una ilustre reseña de este autor…

“El efecto el trabajo de Lange  atrajo la atención en el momento, el hacer genética era hacer pensar en eso. . . el maquillaje de personalidad era casi exclusivamente determinado por los factores hereditarios; y esa conducta social era el producto casi inevitable de la personalidad” (pág. 99).

Así mismo, los resultados de Lange recibieron alguna confirmación en el trabajo de otro pionero de las genética psiquiátrica, Aaron J. Rosanoff (1878–1943), el cual en ese momento asistía a pacientes en su práctica privada en Los Angeles, Califormia. Ya  en un artículo en 1934 en “la Criminalidad y Delincuencia en los Gemelos” en el El periódico de Derecho penal y Criminología. Rosanoff escribió:

“Nuestro material indica eso en dos-terceras partes de los casos de criminalidad adulta, con una evidencia de heredabilidad monocigota conjunta, cuando uno es delictivo el otro es igualmente delictivo” (pág. 932).

Este autor amplificó sus conceptos en un libro de 1941 sobre el mismo asunto. Este libro fue facilitado porque en 1939 éste personaje se hizo director del Departamento de Instituciones de California. Estos autores ven a la  criminalidad y psicopatía como un continuo, lo que alimentó la esterilización de las leyes en varios países; de hecho la noción de un "continuo", tan de moda por hoy en los salones de enseñanza, nació gracias a la escuela eugenésica, tal como se la califico a posteriori por diversos libros de texto (Kaplan, 2007)

Publicado diciembre 16, 2007 por gabrieldaruich en Psiquiatría Clínica